Blog de análisis y escritura de guión cinematográfico

lunes, 16 de mayo de 2011

Cormac McCarthy, los Coen y el final áspero de No es país para viejos


En la construcción de personajes siempre existe una jerarquía concreta que se debe respetar. Si un personaje no ha sido presentado con un rol principal, no podrá asumirlo durante el desarrollo de la trama, así como los personajes principales deberán cumplir su cometido argumental durante toda la película. Quebrar esta regla es posible, pero para ello hay que desarrollar una estructura que justifique el cambio de roles o personajes. Es algo que ocurre por ejemplo en las películas divididas en capítulos o formadas por muchos relatos independientes.

En la literatura es mucho más frecuente encontrarse con este tipo recursos. Las características del lenguaje escrito dan mayor libertad al autor para cambiar el punto de vista y así poder jugar con los personajes trasladando el peso narrativo de un lado a otro. Sin embargo, en el cine las limitaciones propias del medio hacen menos flexible el relato para utilizar estos recursos.

El "abandono" del protagonista por McCarthy y los Coen

¡Aviso! ¡Spoilers!

En el libro de Cormac McCarthy No es país para viejos el autor relata en tercera persona, aunque dando también cabida al mundo interior de algunos personajes (el viejo Sheriff que comienza como secundario). En su adaptación al cine, los hermanos Coen no consiguen distanciarse tanto de la historia pues acaparan demasiado el conflicto entre Moss, protagonista al que mejor construyen y más cuidan, y Chirgurh, el villano indestructible interpretado por Bardem.

Tras centrarse en ese conflicto al más puro estilo western, los Coen acaban despistando al espectador cuando matan al personaje principal antes del desenlace de la película. En el libro McCarthy se cubre las espaldas recurriendo a otros personajes, apoyándose también en un cambio de registro en el lenguaje dándole mayor introspección al relato. Pero cuando los Coen recurren a estos otros personajes, todo parece más hueco porque los secundarios no han acabado de imponerse (sobre todo el sheriff que tiene en el libro un papel más definido). Quizá con otro enfoque, algo menos brusco y con mayor detenimiento en las tramas paralelas, el final podría contener un mayor fuerza.

La muerte de Moss en un off, justo después de verlo sobrevivir a una brutal persecución durante una hora y media, a falta de 20 minutos para finalizar. ¿Es esto lo que se espera de un protagonista?

1 comentario:

  1. Es curioso, cuando vi la película de los Coen, al salir del cine iba pensando "¿Como la han podido cagar tanto al final? ¡Mira que la película empezaba e iba bien!". A lo mejor -me decía- es que la novela es así y han querido ser fieles (a diferencia de La Carretera, que si he leido y puedo comparar libro y película, esta otra novela de McCarthy no la he lido).

    El caso es que sáli con un saber agridulce, y si alguien me hubiese pedido que le explicase qué es lo que no me había gustado, lo más que le podría haber dicho es: "que maten al prota cerca del final". No habría podido detallarlo más: Aquí está perfectamente explicado el cómo y el porqué

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