¡Aviso! ¡Spoilers!
Ideas y contenido
La adaptación literaria es un recurso muy extendido a la hora de llevar a cabo producciones cinematográficas. Tanto es así, que en algunos de los premios más reconocidos (como es el caso de los Oscars) se les deja un hueco a los films basados en historias ya escritas, bien sean novelas, relatos, biografías...
A simple vista puede parecer más sencillo el redactar un guión adaptado que uno con idea original, pues no hay que invertir tanto ingenio en la concepción de la trama y algunas de las pautas del relato ya vienen marcadas en la 'obra madre'. Sin embargo no se puede considerar de este modo, pues el cambio del lenguaje literario al lenguaje audiovisual puede resultar verdaderamente complejo. En muchas ocasiones las obras literarias abusan de las descripciones detalladas, tanto en el plano exterior como en el psicológico. La acción queda muy diluida y hay que saber seleccionar las claves de la historia que mayor fuerza tendrán visual y dramáticamente. Además, siempre existen las exigencias "comerciales" cuando se trata de un libro conocido, que exigen ser fiel a la mayor parte del texto y despegarse de él lo menos posible.
No necesariamente todo lo que aparezca en el guión debe estar en el libro, y viceversa. Es un error el tratar de adaptar una historia al cine tal cual está escrita literariamente. Hay que tratar de ser fiel a la idea de la obra en cuestión, pero también tener en cuenta las características del medio con que trabajamos y sus limitaciones o puntos fuertes respecto a la palabra escrita. Y si quieres dejar una añadir un elemento propio que no mancille la idea original ni la haga perder su sentido inicial... ¿Por qué no? El guionista es responsable del nuevo texto, y mientras se aporte nuevo contenido con sentido común nada es reprochable.
Los recursos de Kubrick
Stanley Kubrick es uno de los cineastas que más guiones adaptados ha firmado. En muchas ocasiones, lo hacía conjuntamente con el escritor de la novela en cuestión. Toda su filmografía, exceptuando sus dos primeros trabajos, está basada en anteriores textos literarios. Kubrick es el mayor ejemplo de talento a la hora de traducir ideas literarias en contenido audiovisual.
Hay multitud de los ejemplos para observar cómo las aportaciones adicionales en la redacción del guión pueden enriquecer y favorecer el sentido del texto a la hora de adaptarlo en la pantalla.
En una de las escenas más famosas de la Naranja mecánica, obra cumbre basada en la novela del mismo nombre escrita por Anthony Burgess, Kubrick se atreve a añadirle al relato un pequeño recurso que reforzará el sentido y potenciará la fuerza del clímax final que en la novela resulta ciertamente ambiguo.
El Singing in the rain es canturreado por Álex, el protagonista de la historia, mientras apaliza a una pareja en su propia casa. Una escena macabra, dura, la cancioncilla sirve para caracterizar al personaje, descubrir todavía más su sadismo y la diversión que siente cada vez que se expone a la ultraviolencia. La canción desaparece hasta que hasta que...
Después de mucho tiempo Álex vuelve a la casa. El señor sospecha, pero no cae en la cuenta hasta el momento en que le oye cantar de nuevo ese Singing in the rain que lleva clavado en el corazón. Se recupera un punto de valor simbólico importante para dar un giro brutal en la trama. Los hechos del pasado no abandonan a Álex aún habiendo sido tratado por el método ludovico, y sigue pagando por todo aquello que sucedió. Lo verdaderamente importante es que hay acción, ha habido un detonante que marcará el desenlace de la historia de una forma contundente, turbadora.
Por contra, en la novela de Burgess los hechos acontecen casi de pura casualidad. A Álex lo descubren tras estar con él durante unos días sospechando. Sin más, lo encierran en la habitación sabiendo que era quien ellos pensaban. Este desarrollo se puede permitir en un libro, donde todo está narrado desde la impresión personal de Álex y este no pudo saber cómo le descubrieron. La narración en una novela es de tono más introspectivo, y no es necesario un enganche como este para captar al lector. Pero en un film sería ambiguo y confuso, pues se trataría de un suceso totalmente pasivo y sería complicado averiguar el motivo que lo lleva a cabo.
Me recuerda tambièn la adaptaciòn de Truffaut en "fahrenheit 511". Saludos.
ResponderEliminarMuy buena también esa, perfectamente adaptada con un mensaje colosal contra el autoritarismo. El libro de Bradbury merece todavía más la pena.
ResponderEliminarSaludos David ;)
Kubrick supo darle fuerza a La naranja mecánica y en particular a ese momento. Es curioso que una canción tan despreocupada como Singing in the rain pueda convertirse en algo tan tenebroso.
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