Ideas y contenido
Sobre el guión se ha escrito mucho, es cierto. Innumerables teorías y premisas se han desarrollado a lo largo de los años sobre este "arte" que por sus complejas características roza casi lo científico. Paradigmas, nudos de trama, incidentes incitadores, clímax, tramas, arquitramas... Todos estos conceptos han nacido para tratar de guiar a los escritores que se encomiendan a la ardua misión de contar una historia en imágenes. Recalco: una historia en imágenes, aunque el guión esté escrito en letra y papel.
En eso, precisamente, reside la dificultad (o el mérito, según lo veamos) de hacer un guión. Cuando un novelista escribe, puede escudarse en el lenguaje, puede recurrir a los múltiples recursos expresivos que éste le brinda a quien relata algo con palabras. En el guión no existe esa posibilidad. Así lo explica el guionista y productor Robert Mckee en su libro El Guión :
"Si un guionista no consigue conmovernos con la pureza de una escena dramatizada tampoco podrá ocultarse tras las palabras, como hacen los novelistas con la voz del narrador y los dramaturgos con sus soliloquios. No podrá tapar con una capa de lenguaje explicativo o emocional los agujeros de la lógica de su trama, y le reultará imposible siquiera decirnos qué pensar."
El canal fundamental es siempre la acción, algo mucho menos manipulable que el lenguaje. La historia se cuenta en imágenes, y una imagen sin acción es vacío. Todas las escenas deben estar contándonos algo, y deben hacerlo coherentemente respecto al resto de la narración. En la pantalla no hay ningún lugar donde esconderse. Si algo falla, si algo no está claro, se acaba viendo y puede que se pague muy caro.
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